La Unidad de Inteligencia de Mercados de la Asociación Guatemalteca de Exportadores -AGEXPORT- presentó el pasado 16 de noviembre un repaso de las últimas tendencias en el mercado global hortofrutícola, en un webinar gratuito titulado: “Perspectivas para el mercado de frutas”.
José Valladares, Analista de mercados Sr. de la Unidad de Inteligencia de Mercados de AGEXPORT, afirma que los consumidores tienen un creciente interés por conocer el origen de sus productos, con una fuerte tendencia hacia la conciencia social y medioambiental, al igual que de seguridad alimentaria.
La trazabilidad, es decir, la información transparente sobre la procedencia y el proceso de producción de las frutas, se ha convertido en una prioridad para garantizar no solo la seguridad, sino la calidad de los alimentos.
Por otro lado, el modelo de Comercio Justo incita a los consumidores a buscar frutas que provengan de una cadena de suministros que garantice condiciones seguras y justas de trabajo, al igual que una compensación adecuada, a sus agricultores y demás trabajadores.
Normativas y regulaciones abren paso en el mercado internacional
La fruta es altamente vulnerable ante las plagas y las circunstancias ambientales. De igual forma, su corto tiempo de conservación con relación a otros productos pueden convertirla en un riesgo para la salud.
Estos factores evidencian la necesidad de las normativas de exportación, que representan un trabajo en conjunto de los Ministerios de Agricultura tanto del país de origen como del país destino.
Si bien el cumplimiento de los requisitos sanitarios y fitosanitarios puede ser un proceso complejo, alinearse a los criterios de admisibilidad es indispensable para exportar correctamente. Estos instrumentos de política comercial son aplicados por cada país según el producto. De esta manera, Guatemala podría tener más o menos restricciones de admisibilidad frente a otros países.
Sin embargo, los criterios de admisibilidad no se limitan a resoluciones, decretos o leyes que regulen condiciones sanitarias, sino a estándares en la apariencia, tamaño y sabor de los productos; al igual que estándares que regulan el bienestar de las personas involucradas en su producción y al impacto que dicho proceso tiene en el ambiente.
María Inés Valle, Analista de normativas y admisibilidad de la Unidad de Inteligencia de Mercados de AGEXPORT, señala la importancia de hacer la distinción pertinente entre normativa y regulación, sin olvidar su razón de ser: “Normativa y regulación tienen significados distintos, pero un objetivo en común: exportar correctamente a un destino”, recalca durante la conferencia.
Certificaciones, un doble beneficio
La certificación de Fairtrade, por ejemplo, es altamente estimada en el mercado europeo, pues tiene el fin de garantizar a los consumidores que el producto que adquieren cumple con estándares especiales de prácticas comerciales éticas, amigables con el medio ambiente y que promueven la autosuficiencia económica.
No obstante, para los productores y exportadores las certificaciones de este tipo también representan un beneficio: si bien no son obligatorias, sujetarse a ellas permite adquirir prestigio en el mercado internacional.
Además, las buenas prácticas agrícolas que son motivo de certificación (como la de Global G.A.P. o la de Rainforest Alliance) pueden reducir los riesgos durante la producción, maximizando la productividad y previniendo de mejor manera las pérdidas.
Innovación en los productos procesados como forma de enfrentar los retos
Los criterios de sanidad y calidad que aumentan el atractivo de la fruta como producto de exportación no se limitan a aquellas frutas que se consumen crudas o sin procesar, sino a todos aquellos alimentos y bebidas derivados de la fruticultura.
Los productos procesados se convierten entonces en una oportunidad para disminuir las potenciales pérdidas de aquellos productos que no pueden ser exportados en el momento, o simplemente como una forma más de solidificar la identidad de países como Guatemala en esta actividad comercial.
“Esta es la propuesta de AGEXPORT. Aprovechar la amplia gama de frutas y otros cultivos para exportarlas en otra presentación, mientras se lucha por una admisibilidad más amplia”, indica Marta Castañón, Coordinadora del Comité de Frutas de AGEXPORT.
La variedad, sumada a la credibilidad que aportan afirmaciones como “orgánico”, “sin azúcares añadidos”, “vegano” o “vegetariano”, “alto en vitaminas” y “sin modificación genética” (para las que, en algunos casos, también existen certificaciones), representan un valor agregado en un mercado donde debe competirse con las producciones locales.
Aunque países importadores como Estados Unidos han hecho esfuerzos por producir sus propias frutas en invernadero en línea con la tendencia de trazabilidad, esto no representa una amenaza contundente.
El término “local” es lo suficientemente amplio como para promocionar la producción hortofrutícola desde una perspectiva regional. Así, el producto centroamericano permanece relevante en el mercado internacional; sin mencionar que existen mercados identificados, como el estadounidense, con los que el intercambio sigue siendo lucrativo.
Alianzas para el crecimiento
A pesar de que la actividad regional ya es prolífica, la Unidad de Inteligencia de Mercados de AGEXPORT insiste en el poder de las alianzas para aumentar el valor de exportación de los productos derivados de la fruticultura.
Encuentros como “Perspectivas para el mercado de frutas” evidencian la importancia de fortalecer los gremios a través de la formación, actualización y comunicación.
El encuentro concluyó con un recordatorio de que Unidad de Inteligencia de Mercados de AGEXPORT seguirá realizando anualmente seminarios de este tipo. Toda la información respecto a futuros eventos estará disponible aquí.