En 1995, el mundo estaba lejos de comprender la magnitud del tráfico de los niños. Sin embargo, fue en ese mismo año que una valiente mujer, Alyse Nelson, inspirada por su pasión y compromiso, inició un movimiento desde Washington con el objetivo de involucrar a las nuevas generaciones en el cambio del mundo.
La pasión se convirtió en su trabajo. Su deseo era estar desde el principio junto a figuras como Hillary Clinton y Madeleine Albright, quienes buscaban la paz y la democracia en todo el mundo; su visión comenzó a tomar forma con la creación de Vital Voices en Europa del Este, un programa que inicialmente luchaba por dar voz a las mujeres en una sociedad que a menudo no las veía como líderes. En 1998, se celebró la primera reunión en Uruguay donde se establecieron los cimientos de lo que se convertiría en una organización global dedicada a empoderar a las mujeres de todo el mundo.
Pero ¿qué hace que Vital Voices sea especial? Es una organización que decidió ir más allá del gobierno y se convirtió en una entidad sin fines de lucro. Alyse Nelson es la primera CEO del programa, nunca pensó que no podía serlo. Se unió al consejo de administración, y su lema de “Prove yourself” (Demuéstralo) ha sido una guía a lo largo de su camino. El futuro está lleno de desafíos audaces, pero Alyse y Vital Voices están decididas a enfrentarlos y perseverar en orden de cumplir con sus objetivos. Cuando las personas tienen un sueño y son persistentes, pueden lograrlo.
Impacto en Guatemala
Su impacto se ha sentido desde Estados Unidos hasta América Central, donde inició un cambio transformador; y la clave para lograrlo es empoderar a las mujeres y mejorar su autoestima. En Honduras, por ejemplo, 450 mujeres están liderando comunidades en lugares remotos como Roatán y Comayagua. En Guatemala voces vitala participa con programas como el mentoring walk, ella impacta y programa de emprendimiento, donde se formalizan y apoyan el crecimiento de los negocios de mujeres líderes en su comunidad.
Todo comienza con una visión y una mujer dispuesta a comprometerse a cambiar el mundo. Vital Voices con María Pacheco, desde Guatemala instó a creer que no hay límites para lo que pueden lograr las mujeres, donde todas tienen intereses comunes y el aprendizaje es un proceso continuo. María ha aprendido a usar su poder para empoderar a otros y su historia nos recuerda que debemos apoyar a las personas con nuestra fuerza interior y ayudarles a verse a sí mismas como agentes de transformación.
Alyse, otra mujer inspiradora, nos recuerda que criar a los hijos es una responsabilidad compartida. Su esposo desafía los estereotipos al involucrarse activamente en la crianza de sus hijos, demostrando que “It takes a village to raise a child” (Se necesita una aldea para criar a un niño). Cuando las madres son felices, los hijos crecen felices y saludables.
Historias como las de Alyse y María Pacheco nos enseñan que la vida nos coloca donde debemos estar: a través de la pasión, el empoderamiento y el apoyo mutuo, podemos superar cualquier obstáculo y trabajar juntos para cambiar el mundo. No debemos sentirnos culpables por cuidarnos a nosotros mismos, porque cuando estamos bien, podemos brindar lo mejor a quienes amamos y a la sociedad en su conjunto.
Por: Pili Mejía y Alexia Guzmán.
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