Centroamérica, a pesar de ser considerada como una región privilegiada por sus riquezas naturales, biodiversidad, tradiciones y capital humano, es una de las regiones más vulnerables al cambio climático, provocando impactos negativos como la pobreza, desestabilización económica y la incertidumbre social y política. Actualmente dicho impacto, no es un factor que financieramente se tome en cuenta en las empresas, principalmente las PyMes.
Una de las razones por las cuales las empresas no toman en cuenta los costos relacionados a desastres naturales y problemas ambientales es que la percepción de estos rubros es intangible. El problema como tal no es identificado, hasta que se viven sus consecuencias, indicó Vivian Villegas, Coordinadora Unidad de Gestión Ambiental Empresarial de AGEXPORT.
Costos como la implementación de prácticas de gestión ambiental que fomenten la prevención y reducción de la contaminación, deben adicionarse a los análisis financieros, los cuales permiten la reducción de la vulnerabilidad, además de promover la adaptación y mitigación del cambio climático.
De acuerdo con Villegas, el modelo económico de la región centroamericana, depende mayoritariamente del Sector Agrícola, siendo éste el de mayor vulnerabilidad, ya que fenómenos extremos como sequías, tormentas, huracanes, heladas, entre otros, impactan directamente a las familias que viven en pobreza y pobreza extrema, quienes en su mayoría dependen de la agricultura para subsistencia.
En los últimos años, el sector agrícola ha sido uno de los más afectados, dando como resultado severas pérdidas de cultivos, aceleración de plagas y enfermedades, baja productividad y desestabilización de precios.
Si estos factores externos producto del cambio climático fueran cuantificados en las empresas como tal, se crearía mayor conciencia sobre la necesidad de desarrollar planes de acción preventivos sobre problemas ambientales, expresó Villegas.
