viernes, abril 19, 2024
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Las comparaciones son virtuosas

Existe un dicho muy antiguo que dice, “las comparaciones son odiosas”. Sin embargo hoy en día lo primero que se recomienda a cualquiera que quiere mejorar, es empezar por un benchmarking, que significa compararse con los demás para ver qué resultados están teniendo los otros, en las mismas cosas que uno persigue. La esencia está  en que “si no nos comparamos, nunca sabremos dónde estamos y si no nos ponemos indicadores de medición, no sabremos a dónde vamos”.

 

Existe toda una metodología  conocida como  Benchmarking, la cual ha sido impulsada por Robert Camp, presidente de Xerox quien en sus propias palabras dijo, “dentro de la empresa utilizamos el ‘benchmarking’ para encontrar y poner las mejores prácticas en ejecución. Nosotros comenzamos a hacerlo debido a una crisis. Nos encontramos ante una significativa desventaja competitiva. Ello nos dio una sacudida eléctrica para salir y para encontrar a otros que hacían cosas de las maneras que eran perceptiblemente diferentes de cómo las hacíamos nosotros, más eficiente, con tecnología más avanzada. Vimos al benchmarking como la manera de recuperar nuestro crecimiento y futuro“. Los resultados obtenidos hicieron que su visión se expandiera velozmente en el mundo empresarial y también en los gobiernos.

 

El Benchmarking es un proceso continuo de gestión y auto-mejora, es un modelo de comparación en el que se mide que tan bien o mal estamos con respecto a otros similares. Esto es muy importante porque si como país tenemos un crecimiento económico  de un 3.2%, lo cual es bueno,  en  las circunstancias actuales de la económica mundial, pero si vemos que algunos países como Panamá o Perú, que crecerán al 7% y 6% respectivamente este año significa que hay otros que están haciendo las cosas  de mejor manera y que  tienen algo que enseñarnos.

 

La ventaja de esta metodología de  comparación es que  incluye el análisis del por qué y el cómo, las prácticas, estrategias, procesos  pueden producir resultados excepcionales.

 

En Guatemala en áreas claves para el desarrollo, como la lucha contra la pobreza, la violencia, la mejora en  educación, combate a  la corrupción, la impunidad, la desnutrición del lado de lo social, y del lado de lo económico los niveles bajos de  crecimiento, el aumento a las exportación, temas en los que se hacen esfuerzos pero que al pasar de los años se percibe un estancamiento,  es el Benchmarking, el que da  oportunidad  de encontrar formas concretas  para mejorar. Esta semana, leíamos que nuestra ciudad, ocupa el segundo lugar en América Latina, que cuenta con más árboles sembrados después de Curitiba en Brasil. En otro artículo que escribí en esta columna mencione que Guatemala ocupa el segundo lugar en el mundo, en cuanto a buenas relaciones entre trabajadores  y patronos, o que somos el primer abastecedor mundial de cardamomo.También estamos en los primeros lugares de población con alto espíritu de emprendimiento. Por el lado de lo que no somos los mejores, la comparación nos permite ver que ocupamos los últimos lugares en materia de seguridad, nutrición o calidad educativa.

 

En Guatemala se tiene que acuñar las frase “las comparaciones son virtuosas”  hasta lograr un cambio cultural en la búsqueda de lamejora continua, de nuevas formas de hacer las cosas para llegar a la mejor práctica y los mejores resultados.Ello estimulara la concentración para dirigir los esfuerzos hacia puntos concretos y no desperdiciar los recursos. Los países europeos han  tomado esta práctica empresarial del Benchmarking para los resultados de sus instituciones de gobierno. También en América Latina países como Brasil, Chile  o Perú para mejorar los procesos, sistemas de gestión de sus agencias gubernamentales, evaluar sus políticas públicas o la gestión de sus ciudades.

 

Los resultados que han logrado con ello, han entregado a sus poblaciones mejores servicios y gobiernos más eficientes.  Lo más importante quizás, no es la comparación en sí misma, sino el impacto en el orgullo propio, en el comportamiento, en las aspiraciones, en la cultura misma de mejorar y de medir resultados.

 

La aseveración que el sector privado es más eficiente es una verdad incuestionable, por ello es que muchos gobiernos en el mundo, están trasladando prácticas como la de la comparación para eficientar sus resultados. Afortunadamente en Guatemala ya tenemos instituciones tanto públicas como privadas  que están usando esta práctica. Tal es el caso de Fundesa, Ministerio de Economía, el Consejo Privado de la Competitividad, el Comité Económico y Social, el CONAPEX, que se han propuesto subir los indicadores de competitividad del país, basándose en la mediciones de comparación de Guatemala hechos por el Banco Mundial o el World Economic Forum,  habiendo logrado en el 2013 subir 14 lugares, llevando a Guatemala a la posición 74 en el mundo. Su meta es colocarla en posiciones entre 40 y 50 en los próximos años. No cabe duda que eso implica esfuerzos muy grandes en los que se va a requerir esfuerzos conjuntos de la sociedad.

 

Como la campaña política esta adelantada y seguramente estarán buscando que van a plantear a los ciudadanos, no habría que perderse y ofrecer subir al país en los indicadores de mejora que están muy bien definidos para aumentar el crecimiento económico, la competitividad, la educación, salud , y el desarrollo humano.

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