Entre los jugadores más importantes en el campo de la economía de un país están los que le generan divisas y los que se las gastan. Los que las generan son fundamentalmente los exportadores de bienes y servicios, incluyéndose entre éstos el turismo y los “Call Centers”. Lamentablemente también exportamos personas que por medio de las remesas se convierten en generadores de divisas.
Los que se gastan estas divisas son básicamente los importadores. Hojeamos un diario y vemos que pagan diariamente páginas anunciando electrodomésticos y automóviles; medicamentos que dan vigor y perfumería; supermercados y combustibles. Lo mismo sucede cuando vemos televisión local o escuchamos la radio. Porque son los importadores, sin duda, los principales clientes de los medios de comunicación el público los conoce mejor.
A los exportadores se nos conoce poco. No nos anunciamos. Nuestros clientes están fuera de Guatemala. Es tan grande el desconocimiento que se tiene de las exportaciones en general que si se pregunta cuál es nuestro producto principal de exportación, la mayoría de los guatemaltecos no sabe que es ropa. No sabe que gracias a leyes de incentivo a la inversión de 1989, Guatemala pasó en 25 años de exportar el 75% en productos tradicionales (café, banano, azúcar) a que éstos son ahora sólo 25%.
La ecuación es sencilla: si crecen las exportaciones la tasa de cambio se mantiene estable y aumentan los empleos que, finalmente, se convierten en consumidores de productos total o parcialmente importados.
La promoción de las exportaciones pasa necesariamente por hacer de Guatemala un país más competitivo, para comenzar, en su región geográfica. Como no podemos competir en temas de seguridad e infraestructura debemos competir con mejores (o por lo menos similares) leyes de incentivos. Por el momento, no nos queda otra.
