jueves, julio 17, 2025

Tecnología, capital humano, gobierno e impacto, detonantes para el sector servicios

Por: Jacobo Pieters, Jefe de la Unidad de Inteligencia de Mercados.

@inteligencia_me

 

El mundo que nos rodea comienza a delimitar las fronteras como segmentación geográfica entre dos países y esta división se tiende a desvanecer cuando conversamos sobre la apertura comercial y la disposición de las naciones al comercio bilateral de bienes y servicios. El 2020 cambió de manera radical la manera en la que grandes corporaciones, pequeñas empresas, gobiernos y emprendimientos interactúan con proveedores internacionales, dando paso a prácticas estratégicas de abasto y suministro como el nearshoring. Esta estrategia geográfica surge como respuesta a los desafíos en la cadena de suministro y las distancias físicas, siendo estos de los desafíos más complejos que los productos deben atravesar para llegar desde el productor hasta el consumidor.

Sin embargo, existen disciplinas en la economía global que representan aproximadamente el 70% del PIB en los países desarrollados y, afortunadamente, es inmune a las barreras físicas, las distancias y las diferencias culturales promoviendo la descentralización en la cadena de suministro y apostando a la generación de valor agregado. Estas disciplinas forman parte de una industria con crecimiento acelerado, alta demanda y mucho dinamismo global, esta es la industria de servicios internacionales. Hoy día es imperativo asumir la transformación digital y hacerlo de una manera en la que nos apoyemos en las soluciones que brinda aumentando la eficiencia y eficacia de las tareas y recursos que las corporaciones designan a sus actividades locales e internacionales.

Cuando contemplamos la diversidad de los servicios globales hay que considerar que la conectividad, la dependencia internacional y el ambiente acelerado en el que vivimos. Estas características propician un ecosistema idóneo para el desarrollo de soluciones que se incorporan a las actividades diarias del consumidor. Guatemala es un excelente proveedor a nivel internacional abarcando distintas aristas y modelos exportadores y, para continuar posicionándose en el mercado global debe enfocarse en cuatro pilares identificados en el índice de preparación de red por el Foro Económico Mundial que impulsan las industrias de valor intangible siendo estos la tecnología, las personas, el gobierno y el impacto.

La tecnología se enfoca en la implementación de soluciones y la capacidad de la población para acceder a infraestructura de manera asequible, las interacciones y la comunidad de desarrollo local o internacional así como la inclusión de tecnologías emergentes. Se puede describir como la apretura de la población ante la inclusión de soluciones en sus actividades cotidianas.

El segundo pilar, las personas, son analizadas como empresas, gobierno o individuos y como estas tres figuras económicamente activas implementan la tecnología de manera productiva. Este segmento analiza la fuerza laboral e industrial de las naciones preocupándose por el talento, el uso abierto de la data y la accesibilidad al internet.

El pilar de gobierno se basa en la confianza, las regulaciones y la inclusión y es de suma importancia pues este fomenta un ecosistema seguro en el cual la población puede desarrollarse de manera próspera. La incidencia de regulaciones, políticas económicas y diplomacia comercial son actores principales y gran parte de la evolución que acompaña este pilar recae en las alianzas estratégicas público-privadas.

El cuarto pilar descrito como impacto se traduce en un bienestar compartido por la población, un aumento en la actividad económica, la evolución de la calidad de vida y en la trascendencia de la población. Este pilar se compone de elementos intangibles complejos pues implica cambios en el sistema educativo, en la estructura económica, la sostenibilidad y la igualdad.

Los cuatro pilares descritos abarcan distintas aristas de un país, pero todos convergen en el fomento y la integración de los servicios globales enfocados en la activación económica, el desarrollo sostenible y la adecuación del sector industrial a las últimas tecnologías disponibles.

Guatemala como país y como líder económico de la región centroamericana voltea a ver el futuro del comercio internacional buscando ser reconocido como proveedor de servicios de valor agregado. Trabajando en los pilares descritos previamente se habilitan nuevas oportunidades comerciales, nuevos aliados estratégicos y nuevas ventanas de acción que nos ayudarán a alcanzar ese sueño.

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