viernes, abril 19, 2024
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La Riqueza de los Alimentos Ancestrales

El Director de la Red I+D+i de AGEXPORT, Ricardo Santa Cruz., presenta su columna de opinión publicada en el medio digital República.GT

En tiempos recientes he tenido la oportunidad de interactuar con personas, empresas e instituciones que muestran interés en revalorar los ingredientes nativos de Guatemala y de la región mesoamericana; ingredientes también llamados Maya Super Foods.

Hay estudios y experiencias que demuestran la riqueza en nutrientes, sabores, aromas, texturas y diversidad de usos que radican en esa biodiversidad; la cual, dicho sea de paso, está desprotegida. Hago un paréntesis para recordar la mal llamada “Ley Monsanto” que hace pocos años cobró vigencia por unas horas; solo lo necesario para servir de trampolín para que el congreso metiera un gol ampliando en Q550 millones el presupuesto de la Nación. Inmediatamente después fue derogada. La manipulación del tema, aprovechando la ignorancia de muchos, sirvió para que nos birlaran Q550 millones y de paso polarizaran a nuestra sociedad en un tema que mantiene desprotegida la riqueza genética de nuestro país. Cierro paréntesis.

Volviendo a la riqueza de los ingredientes nativos; es una pena que en Guatemala tengamos tan altos niveles de desnutrición, teniendo a la mano tantos y tan buenos alimentos que bien utilizados podrían contribuir a disminuir de manera significativa esos vergonzosos niveles de desnutrición. Al mismo tiempo contribuirían a diversificar y diferenciar la gastronomía guatemalteca y, de paso, en un futuro agregar nuevos productos a la oferta exportable del país.

La lista de productos, entre frutas, hierbas, cereales, raíces, tubérculos y flores comestibles es extensa; vale la pena revisar diversos estudios hechos por investigadores guatemaltecos, cuyos reportes yacen en bibliotecas y anaqueles. Rescatar ese conocimiento nos abriría la oportunidad de recuperar los recursos y esfuerzo invertido y, de paso, motivar la producción, procesamiento, consumo y comercialización de varios de esos productos. Destacan en la lista el cacao criollo, el aguacate, la nuez de ramón, también llamada “mayan nut”, la chaya o espinaca maya, el chan o chía, el amaranto, el chipilín, flores de pacaya, izote, chufle; éstos últimos cuatro admisibles en fresco en el mercado de USA.

En más de una ocasión he escuchado a amigos expresar su necesidad de diversificar aún más la oferta exportable agrícola y siempre les recomiendo voltear a ver al costado; allí encontrarán una amplia gama de oportunidades que por supuesto hay que trabajarlas. Los fabricantes de alimentos y bebidas también tienen al alcance ingredientes saludables, con valor alimenticio, histórico y cultural; características éstas que, bien manejadas, forman parte de una estrategia de diferenciación en el mercado.

La Fundación Paiz ha dado un paso al frente y sus directivos se han propuesto celebrar cuatro eventos durante el presente año para cumplir con su objetivo de colectar fondos para ofrecer becas de estudio a jóvenes en riesgo y, de paso, dar a conocer las bondades de los ingredientes ancestrales. La iniciativa denominada Época de Cosecha inició el pasado 8 de febrero con una cena-degustación que resultó ser espectacular, los asistentes vivieron una experiencia que mezcló transferencia de conocimiento, arte y gastronomía. El próximo evento previsto para 17 de mayo promete ser aún mejor.

Estoy seguro de que, en el futuro, veremos algunos de estos productos en las estadísticas de comercio internacional; ojalá sea Guatemala el país protagonista.

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