En el contexto actual de los mercados internacionales, la energía se ha convertido en un factor determinante de la competitividad. Países como Chile, Costa Rica y Colombia han apostado por diversificar sus fuentes energéticas, combinando energías renovables, innovación tecnológica y marcos regulatorios modernos, y hoy cosechan los resultados: más inversión, estabilidad productiva y crecimiento sostenible.
Para Guatemala, avanzar en esa misma dirección representa una oportunidad histórica. Contar con una matriz energética diversificada, confiable y sostenible permitiría reducir costos para la industria y generar empleo, atraer nuevas inversiones y fortalecer la capacidad exportadora del país.
“La diversificación energética es una meta ambiental y una estrategia de competitividad. Los países que han apostado por ampliar sus fuentes de energía hoy son más productivos, más atractivos para invertir y más resilientes ante las crisis”, afirmó Amador Carballido, Director General de AGEXPORT.
El liderazgo empresarial juega un papel fundamental en esta transformación. Apostar por fuentes energéticas diversas (hidroeléctrica, solar, eólica, biomasa o gas natural) es también una apuesta por la innovación y la eficiencia. En el mediano plazo, esto se traduce en más oportunidades de empleo, desarrollo regional y estabilidad para las cadenas de suministro que sostienen las exportaciones del país.
“Guatemala tiene el talento y los recursos naturales para avanzar hacia un modelo energético moderno y competitivo. Lo que necesitamos es visión, coordinación y compromiso entre todos los sectores para lograrlo”, subrayó Carballido.
AGEXPORT promueve este enfoque como parte de una agenda integral de competitividad, en la que la energía se reconoce como un motor de desarrollo económico y social, capaz de fortalecer la posición del país en los mercados internacionales y mejorar la calidad de vida de miles de familias guatemaltecas.
