viernes, julio 18, 2025

¿Cómo clasificar correctamente los residuos y desechos sólidos?

En cumplimiento con las normativas ambientales, como el Acuerdo Gubernativo 164-2021, la correcta clasificación de residuos y desechos sólidos es una acción fundamental para mitigar el impacto ambiental y fomentar una cultura de sostenibilidad. Este proceso se basa en la segregación en la fuente y divide los desechos en tres categorías principales: residuos orgánicos, inorgánicos reciclables e inorgánicos no reciclables. A continuación, se detalla qué debe depositarse en cada tipo de contenedor:

1. Residuos orgánicos: Son aquellos biodegradables que se descomponen de manera natural. Algunos ejemplos incluyen:

  • Restos de frutas y verduras.
  • Hojas y ramas secas.
  • Restos de café o té.
  • Cascos de huevo.
  • Flores marchitas.
  • Cáscaras de frutas cítricas.
  • Pan o productos de panadería vencidos.
  • Sobras de alimentos cocinados (sin plásticos o metales).
  • Restos de corte de césped.

2. Residuos inorgánicos reciclables: Estos materiales pueden ser reprocesados para fabricar nuevos productos. Algunos ejemplos son:

  • Botellas plásticas limpias.
  • Latas de aluminio.
  • Vidrio de botellas o frascos.
  • Papel periódico.
  • Cartón corrugado.
  • Envases de plástico (como los de detergentes).
  • Latas de hojalata (como las de conservas).
  • Tetra Pak limpio (sin restos de alimentos).
  • Folletos o revistas.
  • Bolsas plásticas.

3. Residuos inorgánicos no reciclables: Incluyen materiales que no pueden ser reprocesados y requieren una disposición adecuada. Algunos ejemplos son:

  • Papel plastificado.
  • Pañales usados.
  • Bolsas de snacks con capas metálicas.
  • Papel higiénico usado.
  • Platos desechables sucios.
  • Colillas de cigarro.
  • Envolturas plásticas de alimentos.
  • Mascarillas.
  • Esponjas usadas.
  • Empaques de productos congelados con recubrimientos especiales.

La adecuada clasificación de estos residuos y desechos sólidos es esencial para facilitar su manejo posterior, ya sea a través de reciclaje, compostaje o disposición final responsable.

Clasificación de residuos y desechos sólidos será obligatoria a partir del 11 de febrero.

Consecuencias del incumplimiento

Las empresas que no cumplan con estas normativas podrían enfrentar graves consecuencias, como multas económicas, suspensión de licencias, daños reputacionales y dificultades comerciales. Además, la gestión irresponsable de los residuos puede contribuir al deterioro ambiental y afectar a las comunidades locales.

Promover la clasificación es un compromiso con el medio ambiente y una oportunidad para que empresas y ciudadanos colaboren en la construcción de un futuro sostenible. ¡Recuerda que cada acción cuenta!

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