viernes, julio 18, 2025

La importancia de la clasificación arancelaria

Walter Martínez, Socio de Impuestos, Comercio Internacional y BPS y Socio de la Comisión de Servicios integrados a la Exportación, SIEX wmartinez@deloitte.com

En Guatemala, varios de los sectores económicos más importantes requieren de la importación de insumos para sus procesos locales de producción, transformación y distribución. Dicho proceso de importación implica que los empresarios realicen diferentes procesos para documentar la entrada de los insumos o mercancías a territorio nacional y el pago correspondiente de impuestos.

Los gravámenes relacionados con la importación dependen de la clasificación arancelaria, la cual a su vez debe ser determinada con base en los análisis previos de las características de las mercancías o insumos adquiridos en el exterior. Para este efecto existe el Sistema Arancelario Centroamericano, basado en el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de las Mercancías, el cual puede ser consultado por los contribuyentes para determinar la clasificación correcta de sus mercancías y tributar adecuadamente.

No obstante, lo anterior en la mayoría de los casos esta tarea y responsabilidad es asignada de manera exclusiva a los agentes aduaneros, sin suministrar todos los antecedentes de la mercancía y/o la información técnica de la misma proporcionada por el proveedor, lo cual  implica que una clasificación incorrecta  con base en un análisis erróneo o incompleto, puede generar que las empresas  omitan el pago de impuestos  de manera total o parcial y generen exposición a multas por parte de la Administración Tributaria. 

Recientemente, la SAT ha reforzado sus sistemas de control y gestión de la información aduanera, principalmente a través de la tecnología.  Por lo anteriormente indicado, la implementación de buenas prácticas en esta área por parte de los empresarios, con seguridad contribuye a la optimización de procesos y evitar potenciales riesgos de ajustes o retrasos durante el despacho aduanero y/o la imposición de multas después del despacho, hasta cuatro (4) años después de que se hubieran efectuado las operaciones, con base en el periodo de prescripción establecido en el Código Tributario.

Las buenas prácticas recomendadas consisten en reunir todos los documentos que respalden la naturaleza de las mercancías y compartirlas oportunamente con su agente aduanero y asesor. Además, en caso de que las importaciones deban hacerse de manera habitual y permanente, es recomendable hacer un diagnóstico de la clasificación arancelaria aplicada actualmente, para determinar si existen cambios en la legislación que incidan en la clasificación aplicada hasta el momento.

Por otro lado, este diagnóstico o revisión, también puede ser beneficioso para el empresario en caso de que determine que el gravamen correcto es más bien menor del que había aplicado a la fecha, lo que podría contribuir a reducir los costos asociados a la importación, por los cuales la empresa efectúa desembolsos.

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