De pronto escuchan que la maestra de ceremonias anuncia que allí se va a firmar un pacto. Empieza por llamar personas que a usted le suenan familiares. Desde su lugar ven subir a Nineth Montenegro, Alejandro Sinibaldi, Roberto González, Sandra Torres, Alvaro Pop, Harold Caballeros, hasta llegar a 14 secretarios de partidos políticos que suben uno a uno a ocupar un lugar. Usted piensa, me vine a meter en una Convención política.
De pronto llaman también a los embajadores de España, Estados Unidos, Suecia, Chile, Colombia y México quienes como testigos de honor se colocan en el escenario. Luego suben el Procurador de los Derechos Humanos, el Rector de la Universidad de San Carlos. Sigue a continuación el Arzobispo metropolitano, el presidente de la Alianza Evangélica, y el presidente del Consejo Económico y Social CES. En este momento usted empieza a preguntar qué clase de pacto se va a firmar aquí.
Siguen llamando personas. Pasa el Presidente del CACIF y el Presidente de FUNDESA. Sube Celso Nery Rufino, líder indígena Pocomám, Alberto Marroquín, Xinca, Julia Chay, de Huehuetenango, Rafael Calmo de Sololá, Julio Mendoza de Nahualá, Marleny Isabel Macario y de Chichicastenango Don Tomás Calvo.
En este momento usted se da un pellizco y se pregunta ¿en qué país estoy?
Permítame despertarlo y decirle que el jueves de la semana pasada en el Encuentro Nacional de Empresarios ENADE 2013, ocurrió un hecho que ojala la historia y el paso de los meses y los años nos permitan decir que en Guatemala se puede dialogar y que nuestros líderes, un 10 de octubre del año 2013, decidieron firmar un pacto sobre dos problemas concretos que los unieron en un compromiso político, un compromiso de ejecución, de cumplimiento del mismo, pero sobretodo, un compromiso de no retroceder en los avances.
La DESNUTRICIÓN, LA MEJORA DE LA CALIDAD EDUCATIVA Y LA FORMACIÓN TÉCNCA DE LOS JOVENES son los temas que lograron este casi Milagro de consenso, de compromiso y de acuerdo social.
Verdaderamente que oportunidad para los partidos políticos de demostrar a la sociedad que su razón de ser no es la próxima elección, sino la mejora de las condiciones de los guatemaltecos. Que decidieron dejar a un lado sus diferencias para atacar dos de las raíces más grandes de la pobreza y la miseria en Guatemala. La primera, la desnutrición que destruye desde el embarazo y los primeros años de vida las posibilidades del 50% de los guatemaltecos, y la segunda la Educación, que sin lo primero, es muy difícil que se logren los resultados para que el ser humano se desarrolle a plenitud.
Felicitaciones a FUNDESA por este gran logro extensivas a todos los líderes que firmaron este Pacto por la Vida, por la paz social y la reducción de pobreza.