¿Qué tiene ese pacto?, ¿Por qué es tan importante?, ¿Por qué es una buena noticia?, son muchas las respuestas. La primera y quizá la más importante es que es una unión de fuerzas entre las autoridades, fuerzas de seguridad del gobierno, Ministerios de Economía y Agricultura, los puertos, las navieras, los empresarios importadores y exportadores, los agentes aduaneros, las organizaciones de la sociedad y en fin, de todos aquellos que están cansados que el sistema aduanero sea el espacio en el cual los contrabandistas y los corruptos, han encontrado durante décadas un espacio para perjudicar al país.
Es tal la situación, que este pacto consideró que las autoridades solas, no pueden con el tamaño del problema, es demasiado grande, está demasiado arraigado con raíces muy difíciles de arrancar.
Las instituciones firmantes rechazan la corrupción del sistema aduanero por los graves daños que causa en la confianza de los contribuyentes, en la agilidad del comercio exterior, la atracción de inversiones y pérdida de ingresos para el Estado.
Este convenio se asienta en la política de transparencia y anticorrupción del Estado, de la filosofía con que fue creada la SAT, de sus compromisos para aumentar el acceso del público a su información, a documentar los procesos y normativas y reducir los actos de corrupción, investigarlos cuando sean detectados o informados, aplicar las sanciones correspondientes y propiciar la vigilancia social del actuar de la Institución. También se asienta en la convención interamericana y de Naciones Unidas contra la corrupción y los compromisos del Consejo Mundial de Aduanas de 1981,82, y 2003 que dicen que todas las formas de corrupción deben ser objeto de detección, erradicación y sanción.
El pacto especifica a detalle que acciones van a tomar las instituciones del sector público prestadoras de servicio al comercio exterior en materia de investigación, sanción, comprobación y, denuncia ante el órgano que corresponda de funcionarios y empleados que cometen las irregularidades. También describe en forma muy puntual lo que la SAT se compromete a hacer. También las organizaciones empresariales se comprometen a promover la no participación en las prácticas. Las empresas que dan servicios como auxiliares de la función aduanera, también asumen compromisos para resistir la presión y evitar dadivas, pagos indebidos, informar y denunciar cualquier práctica corrupta. La Coalición por la Transparencia se comprometió a acompañar y promover el pacto. La pregunta es ¿qué paso en estos últimos 6 años?, ¿cuáles son los resultados? La iniciativa del Intendente de Aduanas, ojala cuente con todo el respaldo de los firmantes, públicos, privados, centros de investigación, entidades de la sociedad civil para que unidos ante el gigante de la corrupción, finalmente logren una aduana honesta, agilizadora del comercio y un instrumento que ayude la crecimiento económico.