Desde el día miércoles pasado , esa frase se repite dentro mi cabeza por la situación que están pasando algunos guatemaltecos de larga trayectoria de honorabilidad, responsabilidad y servicio de mérito al país que se han visto involucrados por estar dentro de Juntas Directivas de Entidades del Estado. Estas personas cansadas de estar del lado de los que critican desde fuera de la barrera, y con espíritu se servir a la sociedad, aceptaron representar a su sector en dichas Juntas Directivas con el propósito de modernizar y mejorar desde la visión empresarial, el desempeño de tales instituciones como es el caso del Lic. Max Quirin.
Otro es el caso del Presidente del Banco Guatemala, profesional que he tenido el gusto de conocer en sus 30 años de trayectoria intachable dentro de una de las instituciones que todos citamos como el modelo que quisiéramos tener en las entidades del estado por su estructura, disciplina, calidad técnica y moral de quienes la integran y que en el caso de participar en la Junta Directiva del IGSS, lo tiene que hacer por Ley y por ser parte de lo que le corresponde por el cargo que ostenta. Naturalmente eso no lo exime de las responsabilidades que ello implica.
Hoy ha quedado demostrando que las sospechas de que entidades públicas estaban infiltradas por redes de corrupción, era una realidad y que estos directores hoy seguramente estarán lamentando haber actuado de buena fe, y haber confiado en quienes elaboraban los documentos que normalmente suelen ser unas buenas libras de papeles .Quienes no los conocen los juzgan con la misma dureza que se tiene que juzgar a los corruptos. Ellos por su parte, tendrán que demostrar de acuerdo con la ley, hasta donde llegaban sus responsabilidades y hasta donde hubo omisión o impericia y que puedan probar que su actuación no fue dolosa. En todo caso, tendrán que recibir y cumplir con lo que la ley y el debido proceso les deparen.
Ojala que esto no vaya a desestimular la participación de buenos guatemaltecos que donan tiempo y talento participando en Juntas Directivas mixtas, sin más propósito que el de responder al llamado de servir, pero que hoy, han resultado heridos en la batalla contra la corrupción.
Que la justicia sea pronta, que se siga el debido proceso y que caiga todo el peso de la ley sobre los corruptos. Que la lección sea clara para todos aquellos que en esta contienda política, sigan pensando que pueden seguirse aprovechando de los recursos del Estado para enriquecerse a costa de lo que pertenece a la población.