Las razones al rechazo de tales tarifas son varias: la primera es porque no se ha podido explicar cuáles son las mejoras en servicio y eficiencia que van a tener quienes usan el puerto para importar y exportar.
La explicación que se ha dado es que responde a razones de inflación, pero al revisar las tarifas modificadas con dicha variable no hay congruencia entre una cosa y la otra. También se ha dicho que algunas no se actualizan desde el 2003.
Otra razón es que el mismo puerto ha dicho que de esos ingresos adicionales, muy poco irá a dar al puerto. Entonces, ¿A quién va a ir a dar?
Solo en el caso de los TEUS exportados a los Estados Unidos, que puerto Quetzal mueve 322.00 al año, Santo Tomás mueve 495.760 anuales, los cobros extras por las nuevas tarifas equivalen a US$38.1 millones, que si fueran a dar a mejoras en la infraestructura o de los servicios, podrían ser compensados con ahorros en eficiencia.
La revisión no intrusiva vía rayos X, a un costo de US$28 cada uno, cuando en otro puerto se cobra US$12, ni siquiera es obligatoria por Estados Unidos, como se ha dicho, y se pretende aplicarla para todos los países, para contenedores llenos y vacíos.
Además, la SAT ha dicho que ellos no van a dejar de hacer sus revisiones…
¿Entonces quién es el beneficiado con esto? Es la competitividad del país la que paga este pato. Todos podemos entender que los costos suben y que se debe pagar el justo valor por los servicios recibidos, pero es lo que no está claro y urge transparentar.
Para que Guatemala siga creciendo con empresas grandes o pequeñas que fabriquen más productos y empleen a tanto joven que busca trabajo, una de las condiciones que urge es volver eficiente la logística del país.
Los puertos y aduanas tienen que ser muy ágiles, con procedimientos electrónicos eficientes y costos bajos. De nada nos sirve estar cerca del mercado más grande del mundo, si eso es contrarrestado por costos altos provocados por ineficiencias.
La ausencia de una Autoridad Portuaria Nacional que ejerza un rol coordinador del desarrollo y servicios de los puertos públicos causa que la modernización y eficiencia de los mismos esté supeditada a constantes cambios de administraciones, sumado a la no existencia de Juntas Directivas, por las intervenciones.
Los dos puertos principales están intervenidos, bajo influencia política. Están sobrepoblados. Santo Tomás de Castilla tiene mil 635 empleados, Puerto Quetzal rebasa los mil 90 trabajadores.
Si se comparan con Puerto Barrios, que tiene administración privada, mueve 201 mil 121 contenedores con solo 300 empleados. Se deben suspender esas tarifas y hacer un análisis a fondo para justificar qué y cuánto se debe modificar, tomando como base aumento de la eficiencia.