martes, abril 16, 2024
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El caballo de don Rodrigo

Don Rodrigo es un buen señor que vive en El Paredón, una aldea en Monterrico que hace algunos años saludaba amablemente desde su caballo cuando se dirigía a cuidar su pedacito de tierra donde cultivaba pashte y ajonjolí, muy típico en los patios de las viviendas que colindan con la carretera que inicia después de cruzado el puente para dirigirse a Monterrico.

La semana pasada tuve el gusto de volver a encontrar a Don Rodrigo pero esta vez saludaba con una gran sonrisa desde su camioneta Sportage color blanco.

Nos detuvimos para saludarlo y nos invitó a pasar a su terreno. Al entrar en el lugar donde cultivaba su pashte lo que vimos, fue una excavación del tamaño de ½ manzana con una profundidad de 1.30 metros llena de agua, con bombas y aireadores en distintas partes.

La frase correcta que describe lo que veíamos es: una piscina para crianza de camarones.

Con gran orgullo nos contó que se dedica al cultivo de camarones en alianza con la empresa camaronera Acuamaya.

Que gracias a la tecnología que le han trasladado, los rendimientos que tiene son por mucho, los más altos de toda la región centroamericana.

Que cada tres meses cosecha 15 mil libras de camarones que entrega en la capital en viajes diarios sumergidos en hielo, recibiendo por ellos muy buenos precios.

Lo que más llamó mi atención es que nos contó que ya son 50 familias las que han hecho lo mismo y que las condiciones de vida les han cambiado para siempre.

Ahora, tiene casa con todos sus servicios, educación para sus hijos y por supuesto su nuevo vehículo. Granjas similares están en las aldeas de El Cebollito, Sipacate, El Chapeton, La Candelaria y otras.

Lo que quiero hacer ver con esta historia son dos cosas: la primera es que esa capacidad de emprender negocios que tienen los guatemaltecos no importando su nivel socioeconómico, la voluntad de trabajar duro, la capacidad para aprender, es otro de los valiosos tesoros con el que cuenta Guatemala.

La segunda es que existen muchos, pero muchos empresarios que sin hacer aspaviento, han compartido en sus comunidades lo que han aprendido después de hacer grandes inversiones y años de investigación y aprendizaje. Este es un vivo ejemplo que me hace sentirme cada vez con más orgullo de pertenecer al sector empresarial de Guatemala.

Este sector de la Acuicultura se ha convertido en el ejemplo mundial de innovación.

La biotecnología que han desarrollado permite que abastezcan camaroncitos vivos producidos en laboratorio, a las granjas de cultivo en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y hasta el gigante camaronero de Ecuador.

La producción de la empresa Acuamaya, la cual visitamos después de la casa de Don Rodrigo, llega a dos billones de esas postlarvas vivas.

Es todo un espectáculo ver salir los camiones llenos con tanques de oxígeno hasta que llegan a las granjas locales y también a los aviones que los llevan a su destino.

La tecnología basada en seguir el comportamiento de la sabia naturaleza que deja sobrevivir a los más resistentes es lo que ha hecho que Guatemala se haya posicionado por encima de los asiáticos y los latinoamericanos, con animales resistentes a esas enfermedades que han devastado las granjas en el mundo.

Tienen perfectamente ubicadas a los padres y madres de cada uno de esos dos billones de camarones hijos, de tal forma que el cliente pueda ubicar su procedencia cuando se trata de la inocuidad de los mismos. La intensidad en la producción es resultado de estos biólogos de las empresas, acompañados de certificaciones del Maga.

El ingenio que han utilizado para comercializar los camarones ya crecidos, basado en el color de la arena de la tierra de los mayas, es también parte de lo que ha hecho de este sector .

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