jueves, marzo 28, 2024
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Aprendiendo términos de las coyunturas

El Director de la Comisión de Turismo Sostenible  de AGEXPORT, Alfonso Muralles, presenta su columna de opinión publicada en el medio digital República.GT

Es importante enriquecer el vocabulario. El idioma español es tan rico, tanto que para escribir un texto en español, traducido al inglés se requiere un tercio menos de espacio, que prácticamente nunca dejamos de aprender nuevas palabras. Una situación coyuntural trae consigo un tsunami de nuevas palabras! Hay veces me surgen dudas sobre alguna de ellas, como por ejemplo “resiliencia” que se ha puesto de moda y que podría ser, a mi juicio, un anglicismo. La comprendo y me gusta. Ahora sé que fui educado resiliente.

Desde la semana ante pasada aparece con fuerza la palabra “cooptación” que, con la excepción de un tímido comentario publicado recientemente, todo el mundo la ha aceptado como bien utilizada porque ascendió a los titulares como resultado del último jueves de CICIG. Y la verdad es que aunque esté mal utilizada, suena bonito y, lo mejor, nos ayuda a comprender el cuadro cooptado que nos presentan.

Recién pasado el Terremoto de San Gilberto, el miércoles 4 de febrero de 1976, nuestro vocabulario se enriqueció repentinamente, dolorosamente para muchos, con movimiento térmicos y sísmicos. Y no es que no los hubiéramos escuchado, como las escalas de Mercalli, la de la intensidad, y de Richter, la de la magnitud, pero no eran de uso común, sin embargo, ya para el 5 de febrero podíamos con soltura opinar sobre “de cuánto fue el último temblor”. Ya sabíamos que para entonces ya se les denominaba réplicas.

En los últimos 12 meses hemos incorporado, con relativa propiedad, el uso de términos legales. Y no sólo los términos, sino también los procesos y procedimientos en que se utilizan. No se puede decir proceso, sin decir antes “debido”. Lo ven a uno mal. Los antejuicios son ahora de conocimiento popular, y el debido proceso que según ley procede si es para un alcalde, diputado, magistrado o Presidente de Organismo del Estado.

Y las redes sociales se han convertido en el vertedero de conocimientos legales de nivel aficionado que echan culpas y maldiciones a políticos, empresarios, sindicalistas y pastores, dependiendo del último destape y los memes que lo “explican” a aquellos a los que esta opinión les parece larga como para leerla hasta el final, pero que sí se toman la molestia de diseminar los mentados memes y hacer comentarios fuera de lugar y hasta soeces.

En nombre de la interacción con su audiencia, ahora los noticieros leen en vivo sus comentarios. Sin duda deben haber medido que la audiencia crece cuando son muchos los tweets, porque no he visto que aporten a la discusión del tema en cuestión. Todos los que twitearon están pendientes y esperanzados con que se lea el suyo.

Es necesario no creer todo lo que otros publican. Y cuando hayan dudas de las fuentes, es mejor que no se compartan y se diseminen. Perdón, no contribuir a que se hagan virales. Que no se conviertan en trending topic. Siempre habrá quien lance globitos al aire con algún propósito, sea éste el que sea, perverso o no, confiando en que no faltará quien lo tome y reproduzca.

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